¡VEN, VEN, SEÑOR, NO TARDES, VEN, VEN, QUE TE ESPERAMOS. VEN, VEN, SEÑOR, NO TARDES. VEN PRONTO, SEÑOR!
Cuando la Comunidad de la Casa Provincial, en el domingo de Gaudete, entonábamos este Himno de Laudes, ya nuestra entrañable Sor María se había adelantado en su entonación y estaba experimentando la respuesta del Señor que, junto con todos los Pobres de distintas razas, lengua y nación que habían sido servidos por ella, le habían salido al encuentro.