Simposio de Roma. Testimonio de una voluntaria

Indescriptible lo vivido en estos días, estar a unos pasos del Santo Padre, el Papa Francisco, la emoción contenida embarga todo mi ser, también e igualmente ver tan de cerca la reliquia de S Vicente. No es fácil contener las emociones y no perderte en el abismo del contagio popular.

Esto me hace comprender que esta Familia de la que formo parte, es grande, que no se queda en mi grupo local, esto es más amplio, que somos muchos con el carisma vicenciano, que estamos más unidos de lo que la mente es capaz de comprender.

También deciros que he pedido por tod@s los que no habéis podido estar ahí, que os he tenido muy presente y no porque tenga mucha memoria, es porque lo llevaba en un papelito escrito.

Vengo embargada de tanta fuerza e ilusión que solo queda deciros que estamos al servicio de los pobres y como el lema dice: fui forastero y me acogisteis.

Testimonio de una voluntaria de AIC.