Aquel domingo no se avecinaba como un domingo cualquiera. El sol brillaba de una forma solemne porque estaba a punto de presenciar una de los mayores despliegues de solidaridad, entrega y amor. Como siempre, no faltó Él, siempre presente.
En medio del horror que asola a muchas zonas del mundo, entre tanto llanto y desesperanza… este domingo quiso pintar de colores cada paso que damos con la FE, depositada en un mundo donde el amor impere y las lágrimas solo escapen de alegría.
He aquí la crónica audiovisual, una pequeña migaja que representa la respuesta a la llamada… SIEMPRE GRACIAS